TEMAS Y ENFOQUES DE LA
PRODUCCION PERIODISTICA
Yovani Neyra Zaquinaula
Universidad Nacional Pedro Ruiz
Gallo – Lambayeque, Perú
RESUMEN:
La radio será el principal medio de comunicación que generara
y formara opinión pública, la
misma que se ha transformado progresivamente en un espacio para la expresión de
la diversidad social y política; y además la que se constituye en el medio por
el cual más de la tercera parte de la población se entera de lo que acontece en
el país y en el mundo entero. Es aquella
que no requiere de muchas horas de dedicación, por el contrario nos brinda la
oportunidad de hablar al mundo, de llegar a la propia casa de las personas y de
sentarnos en la misma mesa de alguien que no se imagina dejándonos entrar a su
hogar. Realmente, es una urgencia y no
una actividad opcional de entretenimiento meramente, es el medio de mayor
penetración y la compañera ideal para la gente que está sola. Como medio de
comunicación masivo está justo en los primeros lugares si de alcance se trata.
PALABRAS CLAVES: producción / comunitaria/ opinión pública/
agenda/ programación / comunidad.
CONTENIDO DESARROLLADO
Es por ello que para que la radio comunitaria se entienda
como un instrumento fundamental para
avanzar hacia la inclusión en la Sociedad de la Información, debemos enfrentar el modelo hegemónico de desarrollo y reemplazarlo
por uno centrado en las personas, con
enfoque de equidad y donde el tema no se queda en la mejor capacidad para
lidiar con la tecnología, sino va más
allá, buscando el ejercicio pleno e informado de la ciudadanía.
El acceso abierto para una verdadera Sociedad de la
Información es avanzar hacia la Sociedad
de la Información y el conocimiento con un enfoque de inclusión ya que requiere enfrentar la
situación de dependencia y subordinación en la que estructuralmente la mayoría de nuestros
países se encuentran; planteando con
claridad que el problema de fondo es la gestión y control de las
tecnologías, los medios y recursos de
información, en donde las personas asumen roles tanto como emisores, productores y desarrolladores de
contenidos e información, así como
proveedores de servicios relacionados con la nueva tecnología.
Podemos entender que la programación radiofónica son estructuras que guían el proceso de
producir contenidos periodísticos para un programa o una programación. Es
decir, que son formas preestablecidas para expresar informaciones, análisis y opiniones.
Y al igual que los géneros funcionan como códigos culturales que ayudan al
entendimiento entre emisores y receptores, sirven para codificar y decodificar
los mensajes de los medios masivos de difusión.
La importancia que se le da a estas tareas en la programación
radiofónica emerge de un análisis que indica que la información es central en
los procesos de formación de la opinión pública. Y que lo que se llama «opinión
pública» es fundamental en los procesos de transformación de las sociedades.
Procesos que involucran desde las modificaciones de las costumbres, muchas
veces imperceptibles en el corto plazo, hasta los cambios en el sistema
político o en la legislación de un país.
Por lo tanto el concepto de opinión pública describe un
proceso de expresión colectiva y pública de posiciones, ideas y puntos de
vista. La opinión pública no es la suma de lo que las personas piensan de
manera individual. Es el resultado del intercambio entre las opiniones que
circulan públicamente. En este sentido, puede observarse por qué los medios de
comunicación ocupan un lugar privilegiado en los procesos de opinión pública:
porque son uno de los principales ámbitos de circulación pública de
informaciones, ideas y opiniones.
La distinción entre la "nueva" y la tecnología
"vieja" ya no es significativa en el estado actual de la convergencia
tecnológica. La gente de las radios comunitarias y los telecentros están
trabajando juntos para un acceso más democrático y participativo de la
comunicación, especialmente en las zonas rurales y las zonas urbanas pobres.
Por eso la gestión del espectro radioeléctrico debe adoptar los principios del
acceso abierto, a partir de la experiencia de libertad de expresión
reivindicada en los últimos años por las radios comunitarias.
En los barrios, en el campo, en los pueblos, en las ciudades,
las radios comunitarias son espacios de encuentro. Mucho más que «radios», más
que medios de comunicación.
Abren sus micrófonos a expresiones diversas. Abren sus
puertas a la confluencia de grupos y al intercambio. Comparten proyectos, sueños,
ideales. Los construyen con otros y otras que desean lo mismo. Tejen redes
donde potencian sus fuerzas. Entablan vínculos que dan por tierra con el
esquema emisor-receptor como extremos aislados del proceso de comunicación. Las
radios comunitarias no son los únicos medios de comunicación con los que se
relaciona un grupo social. Esto que parece una obviedad, es fuente de largas
discusiones en el momento de la producción radiofónica.
Cuando las radios comunitarias se planteaban «darle voz a los
que tienen voz» partían del diagnóstico de que los sectores populares no
aparecían como protagonistas de los relatos construidos por los medios de
comunicación. Con el tiempo y muchas reflexiones, las radios comunitarias
llegaron a nuevas conclusiones: los sectores populares tienen voz, siempre la
tuvieron, pero esa voz no es pública. Sus voces, problemas, necesidades,
deseos, canciones no están en el espacio público. No forman parte de lo que
concierne a todos, no están dentro del conjunto de temas de los que se habla,
de los hechos sobre los que las personas forman opiniones. La construcción de
un discurso radiofónico que hable de lo cercano y de lo lejano, que los ponga
en relación para construir nuevos sentidos, es una estrategia de articulación
de lo local con lo global. Mucho tienen que ver el enfoque y la definición de
los temas de la agenda propia en esta construcción.
La radio puede hacer que en los hechos de la vida cotidiana
de las personas se vea el funcionamiento del sistema. Puede hacer que en una experiencia
puntual de resistencia se vean los procesos globales de transformación de las
sociedades. Puede entrelazar sus acciones locales con las acciones locales de
otra emisora y con las de otra y las de otra más y así dar un paso más allá de
sus propios límites.
Las radios comunitarias tienen un rol importante que jugar a
partir de la construcción de un relato en el que nada quede tan lejos que sea
invisible, ni nada esté tan cerca que nadie se detenga a mirarlo.
Es por ello que cuando Armand Mattelart y Jean Marie Piemme
lo afirmaron desde hace veinticinco
años: «la creación de una alternativa de comunicación está más vinculada que
nunca a la producción de nuevas relaciones sociales. Adelantamos esto
pronunciándonos en contra de toda ilusión que espere la transformación social
de una comunicación salvadora pero también en contra de toda mitología que hace
creer que sólo la llegada de la Gran Noche podrá engendrar una comunicación
nueva.»
Las radios comunitarias multiplican las posibilidades de
propagar las voces de las organizaciones sociales, colectivas, individuos,
movimientos que sostienen prácticas de transformación social. Construyen con
ellos y en esa interacción cobra sentido su existencia.
Poca incidencia y poco sentido tendrían las radios comunitarias
si no entablaran lazos con otros actores sociales que también promueven la
construcción de una alternativa. La radio comunitaria abre, potencia, difunde o
multiplica un proyecto de sociedad y las luchas o construcciones que éste orienta.
En muchos casos las radios comunitarias son, en cambio, la principal fuente de
información para la comunidad. Los medios masivos de alcance nacional suelen
ser periódicos capitalinos de gran tirada o informativos de televisión de
canales de extensa cobertura en los cuales la selección de la información dista
de ser equitativa en cuanto a la distribución geográfica. En este sentido, las
radios comunitarias tienen una misión indispensable: la recuperación de lo
local, la valoración de las problemáticas regionales, la construcción de una
agenda que ponga el acento en la inclusión.
La mediatización de la vida y la creación de modelos por los
medios masivos de comunicación se reflejan también en una categorización de las
fuentes, ya no de acuerdo a su relevancia o su vinculación con el tema, sino
más bien a su popularidad. Los medios comunitarios construyen otro tipo de
vínculo con la comunidad y por eso la audiencia no puede quedar fuera de las
decisiones en relación a las fuentes. Las fuentes son las personas, entidades,
organizaciones y documentos que pueden proporcionar información o dar una
opinión de interés acerca de un tema.
Una de nuestras fuentes puede ser el Internet ofrece la
posibilidad de publicar informaciones, opiniones y producciones a bajo costo al
punto que existen agencias informativas, radios, periódicos que ampliaron sus
servicios al soporte digital o que sólo transmiten por este medio.
Algunos estudios acerca del consumo radial permitieron saber
que muy poca gente escucha sólo una radio. Sobre todo los más jóvenes deambulan
por el dial y eligen una señal especialmente por la música. El consumo de radio
tiende a ser individual en las ciudades y familiar en el campo y los sectores
urbanos populares. Algunos encienden la radio para sentirse acompañados, otras
para estar informadas, otras para distenderse, o para divertirse, otros
solamente para saber la temperatura antes de salir de casa.
Los sondeos o estudios de audiencia determinan la cantidad de
oyentes y proveen algunos datos (sexo, edad, ocupación, nivel cultural y
económico) que permiten describir su perfil. Es fundamental saber no sólo quién
escucha qué, sino porqué, qué utilidades, qué sentido tiene para la audiencia
escuchar la radio o tal programa.
El vínculo de la radio con su audiencia es interactivo,
supone interés de ambas partes por comunicarse y construir juntos. La audiencia
define contenidos, la radio construye una agenda. La radio propone una
estética, la audiencia la rechaza o la celebra o le es indiferente. La
audiencia interpreta los contenidos e inaugura un diálogo, la radio se suma a
la charla y legitima actores sociales.
Las radios comunitarias también construyen -o tienen que
construir- una propuesta radiofónica que, por un lado, defina su audiencia
estratégica y, por otro lado, ponga en evidencia su propuesta como medio, una
propuesta comunicacional, política, social y cultural. Los géneros y formatos
que la radio privilegia, el ritmo de las locuciones, el lenguaje, la selección
de la información, el concepto artístico, cada uno de estos elementos
interrelacionados ente sí, y muchos otros, configuran la carta de presentación
con que la radio se define a sí misma. Muestran la personalidad de la emisora.
Una radio que no ha definido su propuesta, que no apuesta a
un público que puede ser más o menos específico, que no busca los modos -aunque
sea con charlas ocasionales pero sistemáticas- de conocer a su audiencia, que
no ha precisado sus intenciones, o que no pudo traducirlas en decisiones
artísticas y editoriales, es una radio a la deriva.
La participación es uno de los factores primordiales cuando
se trata de definir qué es una radio comunitaria y el vínculo que se establece
con la comunidad. Las radios comunitarias promueven la participación social
activa en los procesos comunicacionales, como en los demás espacios de disputa
política, porque reconocen su valor social en todos los ámbitos de la vida.
Esta radio busca la intermediación, es decir que, además de
permitir que la audiencia denuncie sus problemas, debata y opine, da un espacio
para que se hable de los proyectos de desarrollo y se transmitan a través de
ella las culturas de los pueblos.» En
estos proyectos, las programaciones procuran ser interactivas, es decir,
promover la integración directa de la comunidad.
La participación hace al oyente sujeto de la comunicación, lo
integra en los procesos de producción de sentido. También refuerza la
incidencia de la radio en su comunidad a través de la cercanía que sabe
construir con sus habitantes. Una cercanía que se basa en la proximidad
geográfica, pero sobre todo en la identificación cultural y la relación
afectiva. El oyente se siente partícipe y hasta protagonista, se apropia del
proyecto, lo vive y lo defiende.
Los medios comunitarios tienen sus raíces en las radios
educativas, católicas y mineras de América Latina, defensoras de los intereses
de las clases trabajadoras y amplificadoras de sus voces. Estas emisoras
tuvieron un rol central en la educación y formación de los habitantes: los
campesinos tomaron conciencia de las razones estructurales de su pobreza y de
la explotación. Se constituyeron como radios de servicio a través de la
alfabetización y campañas sociales y de salud. Estas radios desarrollaron una
manera muy acentuada de participación, especialmente a través de los
integrantes de cada comunidad que se formaron como Radialistas.
Los medios comunitarios convocan a los ciudadanos a
participar con su voz en el concierto de contenidos que se hacen públicos. Las
formas son tantas como las radios porque están condicionadas por la comunidad,
las condiciones geográficas, los hábitos de su gente, las posibilidades
tecnológicas, por la imaginación de quienes integran la radio. La participación
hace al oyente sujeto de la comunicación, lo integra en los procesos de
producción de sentido. También refuerza la incidencia de la radio en su
comunidad a través de la cercanía que sabe construir con sus habitantes. Una
cercanía que se basa en la proximidad geográfica, pero sobre todo en la
identificación cultural y la relación afectiva. El oyente se siente partícipe y
hasta protagonista, se apropia del proyecto, lo vive y lo defiende. La
participación en la radio es un modo de aprendizaje. Abre canales a opiniones
diversas, promueve el diálogo, permite la confrontación, evidencia la
heterogeneidad, crea lazos y contagia compromiso. Las radios comunitarias son
espacios de intercambio donde no se petrifican las relaciones.
Donde el vínculo entre emisor y receptor no es lineal ni
rígido. Donde el lugar del emisor no es la guarida del poder. Donde el lenguaje
y los códigos no son uniformes En las radios comunitarias los oyentes son
interlocutores. La práctica comunicacional es política porque expresa modos de
comprender el mundo, y de transformarlo.
Las radios comunitarias impulsan la participación como modo
de ejercicio de un derecho ciudadano. La participación es la base de la
movilización y la articulación para la construcción de una alternativa. Es
central, estratégica e imprescindible porque implica a la reflexión crítica, el
análisis, el diálogo, la acción. Una acción que sea transformadora. Porque
participar es involucrarse, comprometerse, tomar partido.
Finalmente puedo decir que la radio promueve la participación
de los ciudadanos y defiende sus intereses; cuando responde a los gustos de la
mayoría y hace del buen humor y la esperanza su primera propuesta; cuando
informa verazmente; cuando ayuda a resolver los mil y un problemas de la vida
cotidiana; cuando en sus programas se debaten todas las ideas y se respetan todas
las opiniones; cuando se estimula la diversidad cultural y no la homogenización
mercantil; cuando la mujer protagoniza la comunicación y no es una simple voz
decorativa o un reclamo publicitario; cuando no se tolera ninguna dictadura, ni
siquiera la musical impuesta por las disqueras; cuando la palabra de todos
vuela sin discriminaciones ni censuras, ésa es una radio comunitaria. Esto
implica que no se someten a la lógica del dinero ni de la propaganda las
emisoras que así se denominan. Su finalidad es distinta, sus mejores energías
están puestas al servicio de la sociedad civil. Un servicio, por supuesto,
altamente político: se trata de influir en la opinión pública, de inconformar,
de crear consensos, de ampliar la democracia.
REFERENCIAS:
ü CURUCHET, EDUARDO; Girola, MARIELLA Y
ORCAJO, Oscar. ¿Radio o ruido comunitario? Comcosur, Uruguay, 2006.
ü GEERTS, Andrés; VAN OEYEN, Víctor y VILLAMAYOR,
Claudia. La radio popular y comunitaria frente al nuevo siglo: La práctica
inspira. ALER - AMARC, Quito, 2004.
ü GUTIÉRREZ, Hernán. Cómo incidir en la
opinión pública. ALER, Quito, 1997.
ü LÓPEZ VIGIL, José Ignacio. Manual
Urgente, Radialistas apasionados. CIESPAL, Quito, 1997. www.radialistas.net
ü MATA, María Cristina. «Saber sobre
radio» en Revista Signo y pensamiento, N°33, Colombia, segundo semestre de
1998.
ü ORTIZ, Miguel Ángel y MARCHAMALO, Jesús.
Técnicas de comunicación en radio. Ediciones Paidós Ibérica, España, 1994.
ü VALLS, Damián. “La creatividad en la
radio» en Revista Interadio, volumen 11, Número 1. AMARC, 1999.
ü YAÑEZ, Leonel y AGUILERA, Oscar. Radio,
periodismo y opinión pública local. Cartilla para la capacitación a distancia. ECO
- Educación y comunicación, Santiago de Chile, 2001.
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